Buscar este blog

lunes, 22 de junio de 2020

OPTIMISSTICA: LOS QUE ESTÁN EN GUERRA CON LOS DEMÁS NO ESTÁN EN ...

OPTIMISSTICA: LOS QUE ESTÁN EN GUERRA CON LOS DEMÁS NO ESTÁN EN ...:  Que no lo estamos pasando bien nadie, no es ninguna noticia, es más bien una obviedad. Que debemos de levantar la cabeza y hacerle frente, ...

LOS QUE ESTÁN EN GUERRA CON LOS DEMÁS NO ESTÁN EN PAZ CONSIGO MISMOS.

 Que no lo estamos pasando bien nadie, no es ninguna noticia, es más bien una obviedad. Que debemos de levantar la cabeza y hacerle frente, también.


Pero nos cuesta. Parece que todo está en contra nuestra. hemos pasado un confinamiento que nadie imaginábamos que pudiera llegarnos. Pero vino, y lo cumplimos con valentía y a base de mucha fuerza de voluntad. Y ahora¿qué? Ahora estamos que ni confinados ni desconfinados. Que ni presos ni libres. Que ni contigo ni sin ti. Pero con miedo...con mucho miedo. Tenemos miedo, sí. Y a todo esto ¿quién nos consuela? ¿dónde encontrar un mínimo refugio?
Los políticos no paran de pelearse. Las redes sociales nos envenenan la sangre y lejos de ayudarnos nos aterran cada día más.
Estos días, no paro de recordar las cosas que nos contaban nuestros mayores cuando yo era pequeña. Nos hablaban de la guerra, de la división entre las dos Españas. que si uno decía negro el otro decía blanco. De la tristeza al ver pelear a hermanos, a vecinos, a amigos de toda la vida. Pues yo no quiero ser agorera, pero cada vez veo en redes algo que se parece mucho a eso. Un odio entre las dos mitades que asusta. Veo gente que no es feliz, que parece que vive asustada y con una rabia continua. Yo sé que unos tendrán sus razones en unas cosas y otros en otras. No creo que nadie tenga la razón absoluta. Por ser de un color político o de otro no se tiene la iluminación completa. Me gustaría oír a alguien hablar algo bien de un político que no fuese de sus colores, pero eso parece imposible. Nadie quiere dar nada. Se sienten como más dueños de la verdad si ofenden continuamente, y no se dan cuenta que están sembrando las semillas de un odio que se va enquistando en todos y cada uno de nosotros.



¡Ah! y hay otra cosa curiosa; al que no se atrinchera en uno de los dos lados radicalmente, se le llama equidistante con cierto menosprecio. Es decir que, o estás conmigo o contra mí. ¿Habría que recordar que no estamos en ninguna guerra? ¿Que somos un país pacífico, alegre, vital y que necesita de todas las fuerzas disponibles para salir de algo tan terrible como es esta maldita pandemia que nos ha caído encima?

Me encantaría que cada uno diera su opinión sin que se le echaran todos encima poniéndole verde. Pero eso sí, las opiniones con respeto, no con menosprecio u ofensas hirientes. Por supuesto que no se puede estar de acuerdo con ciertos políticos que nos quieren hacer retroceder a la época de la Inquisición. Pero no hace falta ser más maleducados que ellos para decirles que por ahí no vamos a pasar. 

En fin, es solamente mi opinión. Son pensamientos de una mujer que está un poco harta de los malos modos. De la pandemia. De estar separada de la mayoría de sus seres queridos. Que tiene miedo por las personas de riesgo que la rodean. Que no le gustan ni el odio ni los abusones. Que espera más nivel de su Parlamento. Y que pide a todas las fuerzas del Universo que nuestros científicos encuentres medicinas y vacuna para que esta maldita enfermedad no se lleve a más seres inocentes. ¡Ah! y un poquito de amor en las redes sociales. Un poquito de amor para que algo dulce llegue a los demás.






martes, 16 de junio de 2020

Saludos después de la tormenta.





Después de mucho tiempo me atrevo nuevamente a asomar por aquí.

Han pasado tantas cosas. Hemos vivido circunstancias tan extrañas, que la verdad no hace falta que lo comentemos más. Quizás ya ha llegado la hora de la recuperación, de levantar la cabeza y seguir luchando. De decirnos ya :"que sea lo que Dios quiera" Esa frase tan socorrida que le oíamos a nuestra madre  cuando no encontraba la forma de dar una explicación lógica a lo que esperaba del destino.

Son muchas las personas, somos muchas, las que arrastramos innumerables noches de insomnio, quebraderos de cabezas y ansiedades a las que tenemos que empezar a decir adiós.

Está claro que no podemos controlar al destino. Pero si podemos controlar la forma en la que nos enfrentamos a él.

Lo primero que quiero dejar patente es mi solidaridad y cariño con todos los que han sufrido de cerca la crueldad de los hechos ocurridos en los últimos meses. 
Vaya desde aquí un abrazo de esos que no hemos podido darnos. Un abrazo intenso, cariñoso, lleno de buenos deseos. De esos que llegan al alma. No hay mejor bálsamo que el cariño. No encontraremos mejor consuelo que una sonrisa. 

Nos hemos echado tanto de menos. Nos hemos añorado tanto, que no sé si seremos capaces de recuperar el cariño perdido.

Bueno, y ahora, arranquemos de una vez. Levantemos la mirada y valoremos lo que de verdad tiene valor: la familia, los amigos, los compañeros. La sonrisa de un niño. La charla con la amiga de siempre, la que te entiende, la que sabe como eres, esa que nunca te falla. Pero eso sí, con extremo cuidado. No pongamos en riesgo la vida o la salud de nadie. Seamos prudentes.
Esta lección que nos ha dado la vida ha venido a demostrarnos lo destructores que somos con la naturaleza. Ha sido como una última oportunidad. Un aviso. Nos ha venido a decir: ojo, esto es lo que hay, este es el único planeta que tenéis y como lo destruyáis al ritmo que lo estáis haciendo, pues os ahogaréis en vuestra propia basura.
Todos hemos podido ver lo que sucede cuando paramos. Todo brilla. La naturaleza respira. Los animales disfrutan de su espacio. Las aguas se vuelven transparentes. El aire permanece limpio.

Parémonos un poco. Meditemos. Somos parte de esa naturaleza que destruimos. No nos suicidemos. 

Vamos adelante con la lección aprendida. Seamos capaces de darle la vuelta a lo que hemos venido haciendo mal. Somos más los que nos implicamos que los que no lo hacen. Vayamos poco a poco y con conciencia.

Un abrazo desde optimisstica.