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miércoles, 20 de junio de 2018

SOBRE LA ESPERANZA DE NUESTROS ÁNGELES

Hoy os voy a hablar de unos ángeles que nos cuidan a diario y que también necesitan de nuestro cuidado y cariño.


De unos ángeles que a veces caen en terribles depresiones y que por aguantar el tipo pueden llegar al límite.

Sé que éste es un pequeño rincón en la inmensidad de las redes sociales, así que, me dirijo humildemente a aquellos que pueda llegar, pero en especial, a nuestra Policía, Guardia Civil y Militares. Nos cuidan. su vida está dedicada a ello, así que, qué menos podemos hacer, que un guiño para que sepan que nos tienen a su lado.




¿Qué pensarán mis jefes? ¡Se supone que yo soy fuerte! ¿Cómo voy a andar diciendo que tengo miedo de mi mismo? ¡Esto no son más que tonterías! ¡Lo único que tengo que hacer es callar y aguantar!

Y así, en silencio, sin más ayuda que su cerebro triste y rodeados de prejuicios, se van enredando en la terrible madeja, que cada vez le envuelve más en la espesura y desesperanza. Creen que lo que sienten solamente les ocurre a ellos. Así que, piensan y se convencen de que son débiles, de que, les ocurren  todas las desgracias del mundo  y sobretodo, sobre todo, sienten una enorme soledad y abandono.


Poco se ha hablado de los suicidios, pero ahí están. Creemos que lo que no se cuenta, no existe. Lo que se pasa por alto, termina desapareciendo, pero no, no, y mil veces no. Hay que hablar de ello. Hay que poner el problema sobre el tapete. Visibilizarlo.  Solamente así podremos evitar esta lacra de sufrimiento. 


Siempre que pensamos en nuestras fuerzas de seguridad, lo hacemos creyendo que son super mujeres y super hombres. Pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que están formados para aguantar cosas que no aguantaríamos los demás, pero de ahí a ser seres de otra galaxia hay un gran trecho. 

Son seres humanos al igual que el resto,  con sus sentimientos, sus sufrimientos, sus dolores y sus alegrías. Pero con una gran diferencia. Y es que en su trabajo, a diario ven de todo. Son la pared que nos protege de los horrores. Esa gran barrera que nos aísla en la seguridad de nuestros hogares.
 En un mismo día pueden tener que lidiar con un maltratador que acaba de pegar una paliza brutal a su esposa o a sus hijos, con suicidios, con robos, con mujeres que son capaces de abandonar a un hijo por una dosis de droga o intervenir en un desahucio, aún cuando no estén de acuerdo en el mismo. Cualquier cosa que se te pueda pasar por la mente y que pueda ocurrir, seguramente al policía o guardia civil le ha ocurrido. 



Y qué decir de nuestros militares. No cuentan las horas, los días, los festivos o la familia. Lo primero el trabajo. Pueden irse de maniobras por un mes o más. O a misiones en el extranjero donde tendrán que lidiar con lo que se presente en países a los que nunca iríamos. Tienen que separarse de sus familiares, a veces de hijos recién nacidos. 


En serio. ¿Pensamos alguna vez en esto? ¿Caemos en la cuenta de que muchas veces se juegan la vida?  Son circunstancias que van sumando y sumando. Suponiendo un estrés en su día a día, que posiblemente les pase factura. 

Por supuesto no soy una experta en el tema, pero los hay, y muy buenos, que te ayudarán increíblemente. Yo solamente soy una persona que ha pasado por esa experiencia. Una persona que tuvo un tiempo en que todo era gris. En que pensé que nunca volvería a sonreír o a disfrutar de la vida, pero... ¡gran error! la vida volvió a ser, si cabe, más maravillosa que antes.

Por eso hoy mi sonrisa es para los que estáis tristes. Los que os sentís ofuscados. Los que creéis que la vida no volverá a ser lo que era. Por distintos motivos. Por lo que sea. La excusa que os de vuestra mente no es importante. Solamente eres importante tú, tú y tú. Y tan solo necesitas creer en tí. Tengas la edad que tengas, la vida te volverá a sonreír. 
Apuesto contigo lo que quieras. Si no lo ves ahora, es igual. Ten claro que en un tiempo no muy lejano lo verás.

Os dejo a continuación datos que os serán de mucha ayuda. Son personas expertas y dispuestas a ayudaros siempre.

Para Policias Nacionales:
Proyecto vence: proyectovence@asipol.org
Vive CNP Galicia: info@vivecnp.es  Telef. 988394253
Zero Suicidio Policial@ZeroSuicidioPol 

Para Policías y Guardias Civiles:
Ángeles de Azul y Verde: info. angelesdeazulyverde@gmail.com


Para Policías, Guardias Civiles y Militares:
Unidad Familiar G.C. : Telfs. 609938529/ 627598186


Para todos los Cuerpos y población en general:
Teléfono de la Esperanza: 717003717
Asociación La Barandilla: 910380600
RedAipis:  info@redaipis.org


Hoy más que nunca me despido con optimissticas esperanzas. Y un brindis por tí. Porque sé que pronto volverás a abrir las ventanas y dejarás pasar la maravillosa luz del sol.




















jueves, 7 de junio de 2018

Vivir el momento actual.



Agradecida a la vida. 
No encuentro otro calificativo más adecuado. 
Agradecida por poder presenciar algo que siempre habría de haber sido totalmente natural. Si somos la mitad de mujeres en la humanidad ¿Por qué ha costado tanto llegar hasta aquí?
No pedimos ningún privilegio. No queremos quitar nada a nadie. Solamente equidad en el reparto. 

Hace ya muchos años, demasiados para algunas cosas, no tantos para otras. Cuando yo era una jovencita y soñaba con poder ser militar... y no pude. Con ser policía... y no pude. Y con muchas otras cosas, como piloto de aviación, deportista de élite etc. etc. ya se sabe, cuando somos niños o niña en este caso, crees que todo es posible, pero la realidad, y las leyes de entonces se encargaban de decirte lo contrario y de irte dando manotazos poco a poco para ponerte en tu lugar. 
He oído muchas, quizás demasiadas veces: ¡vete a fregar platos y a hacer camas y déjate de tonterías! Para casarte y criar a tus hijos no necesitas tanto.

A los que piensen que estoy exagerando, que en mi época la mujer ya podía hacer muchas cosas, le diré que no exagero en absoluto. Que solamente las familias muy pudientes se permitían dar algunos derechos a sus hijas, el resto nos aguantábamos mirando y envidiando una mujer que veíamos  en las revistas, en las novelas o en las pantallas de cine. Es cierto que también algunas de carne y hueso conseguían despuntar, pero como digo, eran las que entonces llamábamos niñas de papá, cosa que por supuesto yo no era, como tampoco la gran mayoría que me rodeaba. Así, pasaban los años y se fomentaba y robustecía la cultura patriarcal. Era lo normal. 
 


Quizá sea por eso, porque siempre he creído que nací antes de tiempo, por lo que habitualmente me rodeo de gente joven. Sigo estudiando a pesar de que siempre soy la mayor. Sigo jugando a padel y haciendo deporte, aunque me ocurre lo mismo. Normalmente casi doblo la edad de la gente que me rodea.

Esta vertiente de mi vida, es la que me ha hecho y  me hace ser peleona como diría mi hija. O inconformista como diría mi amiga Cristina. 

Lo que no me dejó hacer la vida en mis años jóvenes, lo hago ahora. Siempre es tiempo. Mientras viva será mi tiempo.




¡Estoy tan contenta de ver un gobierno plagado de mujeres!

Estoy tan feliz de ver a las mujeres peleando y diciendo ¡hasta aquí!

Gracias Pedro Sánchez por tener esta sensibilidad. No sé dónde llegará este gobierno. Pronosticar ahora algo sería muy aventurado. Pero de momento ¡Gracias!


Esto no quiere decir que no esté algo temerosa de lanzar las campanas al vuelo. Es muy posible que con el escaso número de parlamentarios con los que cuenta el partido del Sr. Sánchez no pueda moverse mucho. Pero, en este camino que habéis iniciado, el primer paso, me ha gustado ¡MUCHO!

Me he emocionado al ver a la ministra de Defensa pasando revista a las tropas en su posesión del cargo. Todos hemos recordado a la que fue la primera ministra de Defensa Carmen Chacón. Y también, he recordado la discusión que tuve con un joven que se reía a carcajada limpia rememorando la imagen de la Sra. Chacón pasando revista con una prominente tripa de embarazada. Yo, que la miraba llena de orgullo, no podía entender que este joven se burlara de aquella manera. Con su simpleza, venía a querer decir que una embarazada cómo iba a dirigir a las tropas, a lo que yo conteste indignada que no conocía a ningún ministro hombre o mujer que tuviera que pegar "barrigazos" con los soldados. Se trataba de ser, o en este caso de tener, la suficiente inteligencia para dirigirles adecuadamente, y para eso, no creía que la barriga importase mucho.

Como digo, nadie sabe lo que ocurrirá. Pero en este momento lo disfruto. Y lo disfruto mucho. Porque si yo no he podido hacer lo que soñaba, las mujeres jóvenes de hoy si que pueden. Ahora ya no le podrán decir a ninguna, por cuestión de sexo, que ella no puede.

¡¡¡Vamosssssssss!!!

Optimissticos saludos a todas las mujeres y a los hombres que nos apoyan.