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lunes, 23 de diciembre de 2013

ALGO MÁS QUE UNA NAVIDAD

Feliz Navidad para todos, creyentes y no creyentes. Musulmanes, Judios, Cristianos o de cualquier otra religión. A todos, todos, os deseo lo mejor. Paz, Salud y Abundante Properidad.

Después de este duro año, todos elevamos nuestras voces para pedir al universo que nos colme de bienes. Mis deseos son esos. Que toda la buena gente que en el mundo hay, tenga cubierta sus necesidades. Que a nadie le falte lo básico para vivir una vida digna. Que hayan para todos trabajo y bienestar y sobre todo salud y amor.

Y desde aquí hago un llamamiento a todos. ¡Por favor! ¡No dejéis que nadie pase hambre!
Ese vecino que sabes que no le llega. Aquel conocido que te has enterado que se quedó sin trabajo. El inmigrate que te encuentras en la calle y que es muy posible que no tenga ni donde guarecerse.

Si de verdad deseamos Feliz Navidad, deseémosla a todos.
Un poco de cada uno puede hacer que este mundo sea más calido para muchos, que su invierno sea menos frio. 



Y no sólo ahora en Navidad, cada día puede ser un calvario para algunos. La vida se nos ha puesto dificil. Nos está poniendo a prueba. Llevábamos muchos años en una complacencia de la que creíamos que no íbamos a salir nunca, pero nos equívocábamos. Nuestro día a día ha dado un cambio y hemos de sabernos adaptar. Hemos de apretarnos el cinturón, esta vez de verdad y hasta el último agujero. Pero al mismo tiempo tenemos que echar una mano al que no puede salir. Que nadie vea tan negra la vida como para que no pueda apreciarla. Porque la vida es bonita, es hermosa y hay que disfrutarla, pero hay quien ahora no puede ver muchos matices. Por eso no podemos permitir que nadie sufra, cuando está en nuestras manos  evitarlo. 

Es posible que si sabemos ver la situación con ojos diferentes, dejemos de quejarnos y tomemos posiciones. Si actuamos con amor podemos salir reforzados de esta prueba. La crisis está dejando al descubierto nuestro lado más humano y solidario y quizás  nos estaba haciendo falta un poco de humanidad. Porque no solamente de dinero vive el hombre. También vivimos de amor, de comprensión, de solidaridad. Y quizás si este año gastamos un poco menos y ese poco lo compartimos, veremos que no era tan difícil. Que en realidad se puede vivir con mucho menos sin dejar de ser feliz.


Y no se nos olvide nunca sonreir. Sonreir siempre.  Es la mejor terapia contra todas las crisis conocidas o por conocer. 
Abrazos Navideños desbordantes de amor desde optimisstica.

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